El artículo de hoy va orientado a responder a una de las cuestiones que más se repiten cuando hablamos con las familias. El tema de los deberes es un núcleo que, en ocasiones, genera un gran estrés en las familias porque suele ocurrir que el o la estudiante no es autónoma ni responsable con sus tareas y los padres no encuentran estrategias para dedicarle el tiempo que necesitan por motivos laborales o personales.
Entendiendo la importancia de los deberes
Los deberes desempeñan un papel fundamental en la educación primaria al servir como una extensión del aprendizaje que se lleva a cabo en el aula. A través de estas tareas, los niños pueden reforzar conceptos, lo que contribuye significativamente a su comprensión y retención de lo aprendido. En estas edades, la repetición en áreas como matemáticas resulta clave para terminar de asimilar conceptos cuando se encuentran en su escritorio de casa y no pueden comparar la respuesta con el compañero de clase o con la respuesta de la maestra.
Desde la perspectiva de los educadores, los deberes son esenciales para desarrollar habilidades como la responsabilidad y la gestión del tiempo, ya que los estudiantes deben aprender a organizar su trabajo y cumplir plazos. Según un estudio realizado por la National Education Association, se observó que los estudiantes que se comprometen con sus deberes tienden a tener un rendimiento académico superior en comparación con aquellos que no lo hacen. Esto resalta la efectividad de las tareas en el proceso de aprendizaje y su impacto en el éxito educativo a largo plazo.
Para los padres, es crucial entender que los deberes no son solo una carga, sino una oportunidad valiosa para involucrarse en el aprendizaje de sus hijos. Al apoyar a los niños en sus tareas, se les enseña a afrontar desafíos, gestionar su tiempo de manera efectiva, y adquirir un sentido de logro al completar sus asignaciones. A continuación vamos a resaltar algunas estrategias para mejorar la relación deberes-casa:
Crear un ambiente propicio para hacer los deberes
Para ayudar con los deberes de manera efectiva, es fundamental crear un entorno adecuado que fomente la concentración y el aprendizaje. Un espacio de estudio puede hacer una gran diferencia en la forma en que los niños abordan sus tareas. Primero, es importante seleccionar un lugar tranquilo, alejado de distracciones comunes, como la televisión o el ruido de alto volumen. Un área dedicada, como un escritorio en una habitación silenciosa, ayuda a los niños a asociar ese espacio con el tiempo de estudio y enfoque. Comúnmente, cuando tratamos con familias en las que su hija o hijo presenta dificultades en la realización de los deberes, suele darse que el espacio que tienen para hacer los deberes es en el salón, mientras otro familiar ve la tele en el mismo espacio ,o en la cocina, mientras se hace la cena con todos los ruidos que suele conllevar.
La iluminación del lugar también desempeña un papel vital en la capacidad de aprendizaje. Se recomienda que el espacio de trabajo esté bien iluminado, utilizando luz natural siempre que sea posible. Si la luz natural no está disponible, las lámparas de escritorio con luz blanca son una excelente alternativa. Además, es esencial que el área de estudio esté organizada. Disponer de material de apoyo escolar, como lápices, cuadernos y libros, a la mano puede facilitar el proceso de hacer deberes, evitando interrupciones innecesarias.
Establecer rutinas es otra técnica de estudio en casa eficaz. Contar con un horario diario o semanal que estipule un tiempo específico para realizar tareas puede hacer que esta actividad se convierta en un hábito. Es útil que los padres se involucren en el proceso, ya sea estableciendo un momento para preguntar sobre los deberes o simplemente estando presentes durante el tiempo de estudio, ya que esto puede proporcionar un apoyo emocional significativo.
Fomentar una mentalidad de crecimiento también es esencial; enseñarle a los hijos que es normal encontrar dificultades y que pueden sobrepasarlas con esfuerzo y contando con su apoyo. Crear un ambiente propicio para estudiar no solo apoya la efectividad de los deberes, sino que también contribuye al bienestar emocional y académico de los niños. Es fundamental hacer comprender al discente que también tiene unas responsabilidades que cumplir y que, al igual que papá o mamá van al trabajo cada mañana, su responsabilidad actual es hacer sus tareas. Además, esto fomentará la creación de un hábito que le servirá para el futuro.
Técnicas para ayudar sin intervenir demasiado
Cuando se trata de ayudar a los niños con los deberes, es fundamental encontrar un equilibrio adecuado entre proporcionar apoyo y permitir que desarrollen su autonomía. Las técnicas de estudio en casa que favorecen el aprendizaje autodirigido son especialmente efectivas. Una de estas técnicas es la de guiar en lugar de hacer. Esto implica ofrecer orientaciones y sugerencias sin resolver directamente las tareas. Por ejemplo, en lugar de dar la respuesta correcta, se puede plantear preguntas que incentiven el pensamiento crítico. En este punto es interesante repasar con tu hijo/a lo que han aprendido hoy, volver a leer el punto del tema donde aparece la posible respuesta, razonar con él o ella y orientarle mediante preguntas hacia la solución sin dársela directamente ( aunque sea lo más rápido). Estas preguntas no solo estimulan el razonamiento, sino que también fortalecen la confianza del niño en su capacidad para enfrentar los deberes.
Otro enfoque clave es establecer una serie de límites y normas que sean breves, dialogadas y claras. En este aspecto es crucial manejar los límites de lo que le gusta al niño/a ( ver la televisión, jugar con sus muñecos, dibujar…) antes de hacer las tareas. Desde esta perspectiva es necesario razonar que si ponemos demasiadas normas en clase o en casa, los niños se van a agobiar y van a acabar por no cumplir muchas de ellas. Además, como docentes y como padres, cuantas más normas hay, más difícil es para nosotros controlar el cumplimiento de todas ellas sin ser laxos en determinados momentos. En este punto no vamos a dar ejemplos muy claros puesto que cada niña/o y cada entorno familiar es diferente pero si que es importante que haya pocas normas pero claras y concisas donde no haya lugar a dudas de que las responsabilidades van por delante de lo lúdico, que puede servir como premio tras la realización de sus deberes.
Además, el uso del refuerzo positivo puede ser una herramienta poderosa en el apoyo escolar. Reconocer el esfuerzo y el progreso, en lugar de centrarse únicamente en los resultados, puede motivar al niño a seguir esforzándose en sus deberes. Frases de aliento como “Estoy orgulloso de que hoy hayas logrado hacer todas tus tareas” o “Has hecho un gran trabajo intentando resolver esto” validan los esfuerzos del niño, fomentando un ambiente de aprendizaje positivo y reduciendo la ansiedad que pueden experimentar al enfrentar tareas desafiantes.
Manejando Conflictos y Frustraciones
El tiempo dedicado a ayudar con los deberes puede ser un espacio propenso a conflictos y frustraciones, tanto para los padres como para los hijos. Es esencial reconocer que estos sentimientos son normales y que comunicarse de manera eficaz puede hacer una gran diferencia. Cuando un niño se enfrenta a dificultades con los deberes, es común que experimente frustración, que puede manifestarse en resistencia o desánimo. Por su parte, los padres pueden sentirse igualmente abrumados al intentar proporcionar apoyo y no conseguir que lo llegue a entender. Para gestionar estas emociones es fundamental establecer un ambiente de calma y paciencia.
Si surge un conflicto, es recomendable que los padres mantengan la calma. Ser un modelo a seguir en el control emocional puede influir positivamente en el niño, creando un ambiente más propicio para el aprendizaje. En lugar de recurrir al abandono o la alteración, a menudo es más beneficioso hacer preguntas que fomenten la reflexión o hacer un tiempo muerto donde nos relajemos, pensemos bien como comunicarnos y afrontar juntos la tarea. Debemos de ser conscientes que se encuentran en un momento de la vida en el que afrontar un examen o hacer los deberes les genera un gran estrés comparable a cuando los mayores tenemos algo importante en el trabajo. Además, en este momento evolutivo, la gestión de las emociones es aún más complicada por lo que pueden reaccionar con mucha frustración, abandono de la tarea o irritabilidad. Es importante encontrar estrategias donde tu hijo/a se pueda expresar y sienta que está acompañado si encuentra alguna dificultad.
En algunos casos, la frustración puede surgir no solo de la tarea en sí, sino de la presión que sienten por cumplir con expectativas externas. Al validar sus sentimientos y reconocer su esfuerzo, los padres pueden fortalecer la confianza de sus hijos en sus habilidades académicas. Así, el apoyo escolar puede transformarse de ser una fuente de conflicto a convertirse en una experiencia de aprendizaje enriquecedora.